La otra cara de Colombia

Colombia volvió a ser noticia de primera página en uno de los diarios más importantes del mundo, The New York Times, el 4 de septiembre. Pero en esta ocasión no se trató de las nefastas FARC, del atorrante ELN, de los bandidos paramilitares, de las violaciones de derechos humanos por uno u otro de los bandos en guerra, ni del solemne y prestigioso presidente Uribe. La figura del día fue un muchacho antioqueño, sin más armas que su munición artística, que lanza tiros al aire con las notas de su canción.

El cantautor antioqueño Juanes fue el gran triunfador en los premios Grammy Latinos 2003. Al recibir el trofeo por la mejor canción del año, Es por Ti, el artista afirmó pertenecer a la otra cara de Colombia, la que cree y sueña en el futuro.

Diferentes gobiernos colombianos, en distintos momentos de la tragedia nacional, han gastado ingentes sumas en alquilar hacedores de imagen para mejorar la presentación del país, sin darse cuenta de que la mejor manera de proyectar imágenes positivas es mejorar lo que ellas reflejan.

Juanes recorre una ruta aparte. Lejos de los estereotipos que los maquilladores de la realidad pretenden crear para deleite de políticos y curiosidad de inversionistas extranjeros, es apenas un viajante por la vida que juega amor en vez de guerra. Un tipo joven y audaz que ha resuelto convertirse con su música en símbolo de la Colombia creadora y positiva. Vaya si lo ha conseguido, y cómo ha extendido su poder de abanderado de la paz y del futuro de convivencia y tolerancia por todas las regiones del mundo.

La ceremonia de premiación de la música latina fue transmitida por televisión a 110 países, en donde se difundirá sin duda el nombre de Colombia envuelto en melodías. Porque a pesar de todo, las palabras tienen más poder de penetración que las balas. Ya en el verano Juanes había repartido notas y esperanzas por veinte ciudades de España, en donde sus conciertos contribuyeron a redondear el espectro de la cultura latinoamericana en Europa.

El impacto en Estados Unidos no es despreciable. Aquí vivimos casi 39 millones de latinos, la quinta comunidad hispano parlante del mundo y la minoría más numerosa en ese país. Somos un conjunto, bastante disperso por desgracia, de cuanto oficio hay, braceros y trabajadores temporeros, profesionales y meseros, curas, maestros y profesores, obreros y albañiles, artistas, intelectuales, políticos e indocumentados, provenientes de todos los países de la América mestiza, sujetos a la costumbre anglo-sajona de hacer perfiles de la gente y acomodar a todos en prototipos amañados. Juanes proyecta sin duda las características de un estereotipo deseable.

Lástima que la discriminación haya alcanzado hasta a la premiación de Juanes. Los artistas cubanos que viven y cantan en la isla, algunos de ellos galardonados este año, no pudieron viajar a Miami, sede de la ceremonia, por imposibilidad de conseguir visas. Ojalá el nuevo fenómeno colombiano no olvide que en la realidad de Colombia y el mundo, la integración y la solidaridad que promueve están todavía muy lejos de concretarse. Pero que siga viviendo su fantasía porque muchas veces las ideas y los sentimientos hacen mella en las burdas atalayas construidas por la historia.

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