Conejito al Romero y a la Salvia Cocido con Vino Blanco

En estos días me encontré leyendo el New York Times, una columna en la que se hacía referencia al “slow food”; esa clase de cocina que subrepticiamente ha ido desapareciendo de nuestras vidas, a medida que el trafago del mundo contemporáneo nos abruma con más y más demandas para atender a necesidades de los otros o a auto limitaciones que nos imponemos en nuestras vidas para atender a demandas imaginarias.

Entonces, decidí revisar lo escrito en esta columna para ver cuanto había de ‘slow food” y cuanto de comida rápida. Después de revisar las 36 columnas escritas en http://www.micolumna.com y algo más de 70 recetas que he compartido con los lectores, encontré que en su gran mayoría se apegan a la cocina tradicional, aquella de nuestras abuelas y madres que se toman un tiempo importante en su preparación, pero que al final nos dejan la satisfacción de ese sabor de hogar, difícil de encontrar en una hamburguesa con papas fritas o comidas similares que nos ofrecen los sitios de “fast food”

La columna de este mes sigue el mismo estilo: cocción lenta y cuidadosa que al final se convierte en una experiencia especial para nuestros sentidos por su mezcla delicada de sabores. Espero que se animen a hacerlo y lo disfruten como lo disfruté con Matilde, mi esposa, el día en que lo hicimos: un hermosa tarde de domingo de fin de invierno de 2006, en la que el ambiente era perfecto!

Ingredientes:

  • 1 Conejito de 1,5 kilos, refrigerado durante la noche anterior en un recipiente con agua
  • ½ taza de aceite de Oliva
  • 1 Cebolla, picada muy finamente
  • 1 puerro en el que se descartan las hojas verdes y con su parte blanca cortada en rodajas delgadas
  • 2 dientes de Ajo, pelados
  • 1 copa de Vino blanco
  • Las hojas de 3 ramitas de Romero fresco
  • 3 hojas de Salvia, finamente picadas
  • Sal gruesa y pimienta al gusto
  • 1/2 taza de agua tibia
  • 3 cucharadas de pasta de Tomate
  • 1 cucharadita de Miel de Abejas

Preparación:

Sacar el conejito de la refrigeradora y secarlo muy bien; partirlo en piezas, por ejemplo: las dos piernas traseras, las dos delanteras, los dos lomitos y los dos costillares, en total 8 piezas.

Seleccionar una sartén u olla adonde puedan acomodarse cómodamente las piezas anteriores, preferiblemente en una sola capa. Poner a fuego muy bajo, agregar el aceite, el ajo, la cebolla, el puerro y las piezas de conejo, poner al fuego mínimo, tapar la sartén u olla, y dejar cocinar por unas 2 horas, volteando las porciones de carne de vez en cuando. Al final de las 2 horas encontrará que el conejo ha soltado una gran cantidad de líquido. Poner todo a fuego medio, sacar la tapa de la sartén u olla y dejar cocinar unos minutos más hasta que el líquido se evapore casi completamente, volteando la carne de vez en cuando. Agregar el vino blanco, el romero, la salvia, la sal y la pimienta y dejar que todo se cocine, hasta que el vino se evapore; mientras tanto disolver en el agua tibia la pasta de tomate y la miel. Poner la mezcla sobre el conejito y cocinar por unos 15 minutos adicionales (si a la salsa le falta consistencia, disolver en un pocillo una cucharada de maizena, fécula de maíz, en dos o tres cucharadas de la salsa y agregar poco esta mezcla a la cocción, revolviendo constantemente, hasta que se obtenga la consistencia deseada).

Servir inmediatamente, preferiblemente en platos precalentados. Acompañar con vino tinto suave, por ejemplo un Chianti o un Pinot Noir.

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