El Principe de los Principios

Quienes no estamos en La Lista de la Embajada no tendremos el placer de estrechar la mano del Príncipe de los principios, cuando haga su diplomática aparición en la capital del mundo. Quienes no queremos ser juzgados no nos atrevemos a juzgar al nuevo embajador de Colombia en Washington, quien agrega a la brillante carrera que lo elevó a la presidencia de la república un puesto póstumo de controvertido origen. Todos, eso sí, tenemos derecho a especular sobre el curioso nombramiento que lo colocó en las capas más altas de la diplomacia nacional aún antes de empezar a ejercer como embajador. La historia de su inesperada aventura ha sido un ejemplo de tejemaneje diplomático.

Al salir de una reunión de cuatro horas con su antagonista Álvaro Uribe Vélez, de quien será su otro yo ante la Casa Blanca, el ex presidente y agresor político del actual mandatario se apresuró a aclarar que no había violado sus principios al aceptar el ofrecimiento burocrático que le hizo su sucesor.

Esto abre dos posibilidades. Una, que en el curso de cuatro horas los principios que animan al ex presidente sufrieron una conversión de tan alta velocidad que al final de la reunión Pastrana se “Uribizó” y la aceptación de la realidad se tornó fácil. Otra, que sus principios son tan laxos que permiten adoptar posturas paralelas sin afectarlos. En este supuesto, la aceptación de la embajada es, como dicen los políticos, el sacrificio personal en que se incurre por el bien de la patria.
Teniendo en cuenta la aparente ideología del embajador, quien pertenece a corrientes políticas aferradas a sus prejuicios y a sus intereses, es difícil visualizar un rápido cambio de principios, una metamorfosis de enemigo furioso a amigo culto. La teoría del sacrificio personal es más plausible.

Desde fuera de La Lista de la Embajada deseamos al embajador Pastrana muchos éxitos en la honrosa representación del grande y generoso país que de nuevo lo premia con un cargo de primera. Y nos quedamos con la boca abierta pensando en los ingentes sacrificios personales que hacen los grandes de Colombia para dedicar sus días a sustentar la grandeza de la patria.

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