Un Plan Bien Diseñado Para El Conflicto

Al iniciar su segunda administración el presidente Bush hizo cambios claves en su equipo de colaboradores y todo parece obedecer a un plan bien concebido para proceder a propagar la libertad y la democracia en el mundo de acuerdo con la visión que de la misma tiene esta administración y con la con la misión que se ha auto impuesto el presidente. Nombró a Alberto González como Procurador de la nación. González fue el cercano e incondicional colaborador de Bush en la gobernación de Texas en la época en la cual, bajo la supervisón legal de González, hubo el mayor número de ejecuciones en el estado. Fue el quien consiguió mantener en secreto frente al Congreso americano lo tratado en la comisión de energía presidida por el vicepresidente Dick Cheney y el que defendió el principio de la detención de sospechosos indefinidamente sin cargos y sin acceso a un abogado. Además González fue el autor de la teoría de que a los prisioneros de Guantánamo no se les aplica la Convención de Ginebra y del memorando sobre la legalidad de ciertas formas de tortura a los prisioneros de guerra para obtener información. Comentaristas de prensa lo han calificado como el “si señor”de Bush. El señor González es como Procurador una persona clave en el manejo de temas de seguridad.

El presidente Bush también nombró como Secretario de Estado a la Señora Condoleezza Rice, vieja amiga de la familia, quien fue entre otras cosas miembro de la junta directiva de Chevron (los Bush están muy involucrados en el sector petrolero) y sirvió bajo George Bush el padre. La señora Rice fue clave en las decisiones sobre la guerra en Irak y gran defensora de la teoría de la existencia de armas de destrucción masiva en ese país que a la postre resultó falsa. Dos amigos muy cercanos en dos puestos críticos para el manejo de las relaciones internacionales y para la persecución de sospechosos de terrorismo. Su estrecha relación personal con el presidente y sus antecedentes permiten concluir que no serán ellos los que proveerán el punto de vista alternativo al del presidente ni el balance en las decisiones que afectan al mundo.

El candidato a embajador ante la ONU es el Sr. John Bolton, a quien se ha descrito en testimonios de quienes han trabajado con el, como uno de aquellos que “besa a sus superiores y patea a sus inferiores” y quien profesa gran animadversión hacia la ONU como lo ha declarado el mismo públicamente. El representaría a Estados Unidos en el Concejo de Seguridad. No se entiende como puede alguien ayudar en la reforma de una entidad a la que como la ONU considera un obstáculo mas que un recurso para el manejo de conflictos internacionales, a menos que la reforma sea para debilitar al organismo. Se se ha escogido al señor Paul Wofowitz (otro viejo amigo de los Bush) como presidente del Banco Mundial, una entidad de carácter humanitario, y de desarrollo. Wolfowitz, quien fue uno de los arquitectos de la guerra en Irak, es de acuerdo con un perfil publicado por la BBC de Londres eminentemente partidario de la intervención militar no solo para perseguir terroristas sino para acabar con los estados que los albergan. Fue el también quien en mayo de 2001 mandó destruir 600.000 boinas hechas en China para el ejército americano porque los soldados de Estados Unidos nunca deberían usar prendas hechas en China o con insumos chinos. No muy buenos augurios para el los países subdesarrollados.

En el frente interno el presidente acaba de nombrar al señor John Negroponte como autoridad máxima en el país para temas de seguridad interna, inteligencia e inmigración. La Agencia de Seguridad de la Patria es la encargada de dar la información al presidente que le permita tomar decisiones sobre intervenciones en el extranjero cuando haya razones de seguridad nacional. El señor Negroponte se hizo famoso cuando, como embajador en Honduras, fue, con Oliver North uno de los actores claves en el apoyo a las fuerza irregulares de la contra Nicaragüense, cuyos crímenes y escuadrones de la muerte se hicieron famosos. El será otra figura clave en la misión de la administración.

En el sector judicial los nominados por el presidente para jueces del país son en su gran mayoría conocidos por sus ideologías extremas lo que indudablemente afectará la interpretación y aplicación que darán a las leyes (no se olviden del Patriot Act) en lo que se refiere al tratamiento de derechos civiles de los sospechosos.

Cuando se ha levantado alguna crítica en los debates de confirmación en el Congreso, de mayoría Republicana, con respecto a todos estos nombramientos, todo se ha arreglado con declaraciones por parte de los nominados bien sea negando o desfigurando eufemísticamente lo que está bien documentado con respecto a sus conductas anteriores, y con propósitos de enmienda y declaraciones de que eso era antes pero ahora será diferente, y la nominación es aprobada (la señora Rice ofreció que ahora es la hora de la diplomacia y el señor Wolfowitz le prometió al Junta Directiva del Banco Mundial que su papel ahora será combatir la pobreza y no ejecutar la misión de Bush) . Difícil entender como toda una vida de defensa de una ideología y de procederes consistentes con ella pueda cambiar con el nuevo cargo. Difícil creer que ahora todo será diferente. Difícil también tragarse el argumento de que lo de atrás no tendrá influencia en lo futuro. Mientras es normal juzgar el carácter y predecir el comportamiento de las personas por sus declaraciones, antecedentes y acciones pasadas, aquí no funciona esa práctica cuando de aprobar las nominaciones se trata. Lo que vale son los propósitos de enmienda.

El carácter de los nombramientos de la administración podría indicar que todo está previsto para manejar las relaciones internacionales no por la vía diplomática y de la concertación y el diálogo como lo han dicho sus voceros sino mediante el choque y la confrontación y la imposición, a través de organismos internacionales, de las ideas de esta administración sobre como debe funcionar el mundo y los países subdesarrollados. Todo, sin oposición interna y con un fuerte control tanto del ambiente interno como de los organismos nacionales e internacionales clave.

Es sintomático y preocupante que en Washington las que fueran barreras físicas temporales de seguridad erigidas en los últimos años, se están convirtiendo en permanentes. Alrededor de plazas y edificios públicos se está estableciendo una arquitectura urbana del miedo y de la guerra con toda clase de rejas, casetas de seguridad, barreras, cámaras, bolardos, detectores de metales, cierre de vías, etc. El mensaje de la perpetuidad de las defensas parecería ser que el conflicto será, como ellas, también perdurable, la negociación no está en la agenda, la confrontación si. O sea que hay un plan bien diseñado para el conflicto.

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