¿LAS INSTITUCIONES O LAS PERSONAS?

En Colombia continúa el debate y la lucha entre los partidarios de la reelección inmediata y sus opositores. Está al rojo vivo. Se esgrimen toda clase de argumentos por ambos bandos, que no estamos políticamente maduros para la misma dicen unos, que cuatro años es muy poco para que un buen presidente logre hacer algo perdurable dicen otros (hay muchos que lo han hecho), pero que ocho años de uno malo son una pesadilla, que hay el riesgo de volver a las administraciones clientelistas (que creo no se han acabado en Colombia nunca). Que hay ejemplos muy buenos de presidentes que han sido reelegidos, que también las hay muy malas. Sin embargo el debate es enteramente superficial y de opiniones más que basado un riguroso análisis y evaluación de la situación concreta de Colombia.

Aquí hay de todo. Los Uribistas furibundos que se enfocan no en el análisis de la reelección como institución política sino en la reelección de Alvaro Uribe como persona. Los argumentos de algunos en este grupo son sectarios y de corte religioso, quien no está con nosotros está en contra del país (hay un ejemplo similar en un país al norte del hemisferio). Yo entiendo que muchos colombianos frustrados con el estado de las cosas y la mediocridad de los presidentes que tuvimos entre Lleras Restrepo y Uribe, han encontrado en este último una especie de salvador a quien hay que mantener en el poder por el mayor tiempo posible pase lo que pase después. Ya veremos dicen, primero arreglar lo urgente y después se arreglarán las cargas si en el futuro reeligen uno mediocre o malo pero hábil para mantenerse en el poder como sea. Muchos en este grupo, no todos, comulgan con la cruzada de esta reelección no por convicción de que ella sea una buena opción para el país sino porque les ha ido bien personalmente o políticamente con Uribe y si él continúa ellos también lo harán.

Del otro lado la contradicción tremenda de la directiva del partido todavía cínicamente llamado “Liberal” que también sectaria y religiosamente amenaza con excomulgar y expulsar de su seno a los parlamentarios que voten a favor de la reelección. Que estimulo a la libertad de pensamiento!!!. Dicen que la reelección es perjudicial para Colombia porque, quien lo dice santo cielo!!!, promoverá costumbres y vicios políticos contraproducentes para el país. El diablo haciendo hostias.

En la mitad, el lamentable espectáculo del agotado partido conservador que a falta de mejores banderas ha ofrecido su apoyo a la iniciativa, no después de un riguroso análisis público y democrático con sus afiliados, sino mediante negociaciones a sus espaldas con Uribe por cuotas de poder en este y el siguiente gobierno.

Finalmente el Polo Democrático que en el fondo ha dicho que la reelección es mala por que los aleja del chance de acceder al poder que podrían tener ahora. Uribe sería un candidato imbatible por sus niveles de popularidad.

Cierra este triste debate sobre la reelección el lamentable espectáculo del congreso demoliendo y acomodando los principios de conflicto de interés con increíbles contorsiones dialécticas que bordean en la falta de ética para poder votar por la reelección. He ahí pues una muestra de la madurez política del país.

Las preguntas fundamentales no se están formulando. Muchas no son fáciles de responder. ¿Cuáles son los peligros reales de la reelección en Colombia aparte de las consideraciones parroquiales y partidistas hasta hoy expuestas? ¿Que se debería hacer para minimizar esos riesgos? ¿Que controles políticos, sociales y legales se requieren? ¿Hay la voluntad política de implementarlos? ¿Cuáles son las ventajas de la reelección como institución política? ¿Que similitudes o diferencias hay entre Colombia y los países en donde las reelecciones han sido buenas o malas y es posible replicar las condiciones favorables en Colombia? ¿Como?

El debate sería totalmente diferente si en Colombia se votara por los programas de los partidos representados y defendidos por sus candidatos. No se pude porque los partidos no los tienen, y si tuvieran los programas no tienen la estructura ni la autoridad para comprometer a sus candidatos a cumplirlos. Por eso aquí se votaría por la continuidad de los caudillos en lugar de la continuidad de los programas. Ante la pobreza programática de los partidos, la política en Colombia gira alrededor de personas, no de los partidos. Si los partidos tuvieran programas serios y creíbles y disciplina política, se votaría por la reelección del programa, no de la persona. El candidato sería aquel que estuviese comprometido con el programa y quien tuviese el carácter y el liderazgo suficientes para hacerlo realidad.

Tal vez lo mejor para Colombia ahora sería aprobar la reelección. Aprender a nadar nadando. Ahí se verá en vivo y en directo y sin especulaciones si el país esta maduro o no para ello, se detectarán las falencias y tal vez se encontrarían los remedios. Hay riesgos altos. Podemos terminar con regímenes que sobrevivan mediante la corrupción o la intimidación. Yo creo que pocos colombianos deseamos esa suerte para el país. Sin embargo el riesgo se hace aún mayor si no existen partidos fuertes capaces de enfrentar esos riesgos y buscar soluciones con valentía y con el interés de país por delante. Partidos liderados por estadistas que deseen contribuir en grande y no solo por políticos que deseen sobrevivir en el poder para su engrandecimiento personal. Los partidos que tenemos hoy y sus jefes no dan esa medida. Opino que de todos los riesgos esta ausencia de organización política sólida sería el mayor. ¿Será mucho pedir?

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