Recuerdo que de niño siempre se hablaba del año 2000 como si para ese entonces todos los problemas del mundo se hubiesen solucionado. Ya estamos en el 2003 y los problemas del mundo son cada vez más grandes y más graves y ni siquiera los carros voladores que nos mostraban en la televisión son aún realidad. Quizás antes de que se acabe el siglo.
El socialismo y el comunismo llegaron con grandes promesas de equidad y justicia pero se quedaron en promesas quizás por la magnitud de las escalas en las que se intentaron. El capitalismo se ha apoderado del mundo y hasta conquistó el socialismo soviético y le está haciendo fuertes entradas al comunismo chino pero tampoco ha cumplido su promesa de prosperidad, por lo menos no para el 95% de la población mundial que, pasado el año 2000, aún vive en la miseria.
Tratando de entender he preguntado a algunos rusos y cubanos por qué funciona o no su sistema y las respuestas siempre fueron “porque da lo mismo hacer un buen trabajo que uno malo”, “porque pagan igual por sacar la muela sin dolor que con dolor”, “porque no es justo que yo que soy científico gane lo mismo que el profesor”, o mencionan la falta de objetos de consumo como electrodomésticos, ropa de última moda y carros último modelo. No parecen apreciar mucho los altos niveles de educación y salud con los que cuentan. Les resulta incómodo el ser igual que los demás o tener lo mismo que los demás, incluso las mismas necesidades.
Sin embargo, en el modelo capitalista en que vivimos son justamente ese inconformismo y egoísmo, que ponen al individuo primero que a la colectividad, las fuerzas principales que mueven las ruedas de la sociedad. El querer tener más y más grande y más bonito que el vecino, sin tener en cuenta las repercusiones o impacto de dichas ambiciones sobre el resto del mundo.
Existen también la iniciativa, la creatividad, y el instinto empresarial que en el capitalismo parecen florecer mejor que en otros sistemas, o por lo menos esa es la idea que predomina. Pero por qué entonces no está el mundo en mejor estado cuando su gran mayoría dice ser capitalista? La pobreza y la miseria crecen desmesuradamente en todo el mundo al igual que el desempleo, el crimen, las enfermedades, la violencia, la guerra y la deuda del resto del mundo con los países del G7. Estos últimos parecen ser los únicos que disfrutan de algún grado de bienestar mientras los demás se consumen en un caos social, político y económico.
Para mí es obvio que el problema viene de las matemáticas aplicadas a la economía que permiten que el 5% de la población le este robando olímpicamente al restante 95%. El truco es bastante simple y se llama “Ganancia”. Como dice el dicho, nadie compra huevos para vender huevos. Hay que tener ganancias.
Eso siempre lo entendí como un proceso simple en el que yo compro un huevo por $100 pesos y luego hago una tortilla que vendo por más de lo que me costó el huevo, pongámosle $200 pesos, lo que me genera una diferencia de $100 pesos llamada ganancia. Sin embargo alguien que sabe de economía me explicó que eso no es la ganancia, que a eso hay que restarle los costos fijos y mano de obra, que hay que sacar un poquito para un fondo de reserva, que hay que sacar un poco mas para invertir en investigación y desarrollo (investigar como se hacen mejor las tortillas y venderlas más caras) y después de todo eso lo que queda, y aun queda mucho, eso es la ganancia.
He ahí el truco. Ya hemos aceptado que tenemos que tener ganancia y por eso después de toda una larga lista de justificaciones para cobrar lo que cobramos le ponemos una línea más llamada ganancia para la cual no existe ninguna justificación económica o moral. Y es así como unos pocos acumulan lo que a los demás les falta, todo en nombre de las ganancias. Digo que no hay justificación alguna porque de haberla la llamarían costo y no ganancia. Esa ganancia es parte lo que el trabajador no recibe por su labor y parte lo que el consumidor paga de más.
No es posible que, como sociedad, aceptemos que los precios de la gasolina suban exorbitantemente, supuestamente por escasez de petróleo o altos precios del crudo, tan solo para que una petrolera como la Exxon reporte ganancias de veinticinco mil millones de dólares en un solo año. Si hacemos el análisis crudamente, esos veinticinco mil millones son excedentes que nos cobraron a usted y a mi y que dejaron de pagar a los trabajadores sin justificación alguna distinta a la ganancia.
No es posible que la mano de obra en las maquilas mexicanas, por ejemplo, haya caído de US$ 1.63 diarios a US$ 0.67 en los últimos veinte años disminuyendo así los costos mientras que las multinacionales continúan reportando ganancias exageradas y a la vez ofreciendo condiciones de esclavitud infrahumanas.
Resulta imposible aceptar los múltiples argumentos y teorías de los economistas que explican y justifican la ganancia como elemento esencial del sistema cuando la evidencia plasmada en la realidad demuestra lo contrario.
Creo que un paso esencial para obtener la esquiva equidad es eliminar la línea ganancia de las contabilidades de las empresas para que como dice el otro dicho, al César le toque lo que es del César.
Por otro lado, eliminar las ganancias de las contabilidades no será suficiente mientras que los individuos y la colectividad no reorganicen sus prioridades de tal forma que lo humano sea primero y lo material segundo.